Labradorita
La piedra de la transformación

Su nombre proviene de la costa del Labrador, en Canadá, lugar donde se descubrió esta piedra. Los nativos Inuit afirman que las auroras boreales fueron atrapadas dentro de las rocas de labradorita, gracias a que un poderoso guerrero esquimal liberó los colores que deslumbran el cielo polar con su lanza.
Los colores varían desde blanquecino, grisáceo a negruzco con una espectacular recreación de colores metálicos, azules, amarillos y verdosos que bailan ante tus ojos mientras giras la piedra sobre tu mano. Esta difracción del color es llamada labradorescencia. En labradoritas transparentes se puede apreciar un pleocroísmo muy intenso, increible al admirarlo.
Es llamativo que la labradorita exhibe coloridos que no están presentes en la piedra preciosa. Está compuesta por delgadas capas de diferentes minerales y a medida que la luz viaja por estas capas, descompone la luz blanca en todos los colores del arcoíris que luego rebotan, son desviados, absorbidos y mostrados ante nuestros ojos.
Los principales yacimientos se encuentran en Canadá, Rusia, EEUU y Finlandia.

Conocida como la piedra preciosa de la transformación, la labradorita puede ser de gran ayuda para afrontar cambios de la vida. Transmite la fuerza y el coraje necesario para sobrellevar mejor todos esos cambios que a veces, la vida te obliga a tomar para dar lugar a etapas mejores.